LA FENOMENOLOGÍA (HUSSERL)
Hablar de Edmund Husserl (1859 – 1938) es
plantarse en un contexto en el que triunfan las ciencias positivas frente a una
filosofía europea que después de Hegel parece impregnada de cierto desasosiego.
Como nos dice Carpio "pareciera como si el enorme ímpetu espiritual que
significó el idealismo alemán (...) hubiese agotado la capacidad creadora del
pensamiento europeo".
Husserl se enfrentará al surgimiento del positivismo,
que encarna la absoluta confianza en que el conocimiento está ligado a las
ciencias. El positivismo valora la experiencia sensible como fuente del
conocimiento (naturalismo). Por otro lado, cae en el psicologismo ya que
el conocimiento se obtiene de los hechos psíquicos. La psicología se convierte
en la ciencia fundamental.
Husserl considera que el psicologismo implica
reducir aquello que concierne a los hechos con aquello a es válido, lógico. Es
un filósofo que quiere ir a las cosas mismas. Quiere volver al ideal griego
de la búsqueda de la verdad. Es otras palabas, hacer de la filosofía un
saber válido, una ciencia estricta (strenge Wisseenschaft).
Se trata de que la Filosofía no sea cuestión
de opiniones, sino que haya una filosofía en vez de varias filosofías cada
una según cada filósofo. Husserl Vuelve al plan de Descartes de hacer una
Filosofía que vaya hasta las raíces.
Husserl se opone al psicologismo. El
psicologismo establece una relación entre los principios lógicos y las leyes
psicológicas. Sin embargo, las asociaciones de ideas no tienen que ver con las
leyes lógicas que son exactas y a priori. La psicología y la lógica trabajan
temas muy distintos. La psicología se refiere a los actos de pensar mientras
que la lógica se ocupa del contenido de lo que se piensa.
Otra oposición es frente al positivismo
(como variante del naturalismo) porque la experiencia sensible no es toda la
experiencia. El naturalismo iguala el ser a ser-sensible.
Para convertir a la filosofía en una ciencia
estricta Husserl no parte como Descartes de las matemáticas, ni del
naturalismo, sino que quiere como punto de partida aquello que se sitúa en el
núcleo de todas las ciencias. Es decir, partir de la idea de ciencia. Esta idea
abarca la fundamentación y la sistematización.
Por lo tanto, la ciencia debe fundamentar sus
juicios. No ser una opinión. La Filosofía deberá ser la fundamentación primera.
También en cuanto a la sistematización, la ciencia implica que los saberes
estén ordenados. La Filosofía tendrá que llevar a cabo una unidad sistemática
universal.
La Filosofía deberá eliminar los supuestos / prejuicios. Su
principio fundamental será la falta de supuestos. Se deben evitar las opiniones
preconcebidas. Husserl propone ir a las cosas mismas, a los fenómenos. Se trata
de entender la experiencia no limitándola a lo sensible.
El conocimiento en el que se presenta la cosa
misma es LA INTUICIÓN. Puede que el objeto sea “real” (sensible) o
irreal como un número o imaginario. La intuición siempre será en cualquier caso
una fuente válida de conocimiento.
El método de la Filosofía no podrá ser el
explicativo. Porque la explicación es hacer comprensible lo singular por la ley
general. El caso particular se explica al incluirlo en la ley general. En la
Filosofía, el principio de eliminar los supuestos le impide aceptar lo que se
conozca de modo indirecto.
Por ello, sólo la intuición es el método que
alude al conocimiento directo. El método consistirá en la descripción de
lo dado: dejando que el fenómeno muestre de por sí todo lo que es. Hay dos
tipos de descripciones: la empírica o táctica y la eidética (lo que nos lleva a
distinguir entre hechos y esencias).
El hecho: hace referencia a un ente sensible. Es
individual, temporal, espacial, alterable, contingente. El conocimiento de los hechos o fáctico (o
empírico). El método de la Filosofía no puede ser la descripción empírica.
Todo hecho implica algo necesario que no es fáctico. Lo fáctico necesita la
esencia. Esta es para Husserl objetiva e ideal (o irreal). Las esencias son
universales, intemporales, in-espaciales, inalterables y necesarias. Los
conocimientos son apodícticos. La filosofía tendrá que ser una ciencia
eidética descriptiva.
La intuición eidética. La esencia de un hecho
puede ser separada del hecho a través de una intuición de esencia.
Reducción eidética: es el procedimiento
mediante el cual se desprende la esencia del hecho y se intuye en su pureza. Lo
fáctico en la reducción eidética es lo que se reduce (se deja fuera). De esta
manera quitando lo fáctico, queda lo eidético. Hay que dejar de lado los factores
subjetivos. Hay que dejar de lado los factores teoréticos. Habrá que dejar de
lado lo que la tradición haya enseñado. Hay que dejar lo accidental, lo
fáctico.
Método de las variaciones libres: método para llegar a la
esencia que se quiere intuir. La conciencia de imposibilidad es lo que se
resiste a la variación. La esencia es la invariante que se mantiene a través de
todas las variaciones.
Toda ciencia de hechos (empírica) tiene
esenciales fundamentos teóricos en ontologías eidéticas. Como fundamento de las
ciencias fácticas hay que distinguir una serie de antologías regionales como la
ontología de la naturaleza (naturaleza y animales) y ontología de del espíritu
(de la persona). Las ontologías regionales están dominadas por las esencias que
las abarcan.
Sin embargo, la ontología no constituye un saber
absoluto porque está en el nivel de “la actitud natural”, donde intervienen
supuestos. Hace falta acceder a la actitud fenomenológica y al sujeto
(trascendental).
Actitud natural: la corriente y cotidiana.
Se refiere al mundo del cogito (pensamientos). Considera que el mundo está
ahí como realidad. Tal creencia es llamada por Husserl “tesis general de la
actitud natural”. Las ciencias fácticas y ontológicas presentan esta actitud
directa. Son ciencias de la actitud natural. Ninguna de ellas legitima el
mundo y se pregunta a cerca de su sentido. Para ellas el mundo es un
supuesto. La actitud natural no comprende el sentido del mundo que ocupa.
Actitud fenomenológica: abre la puerta a la
fenomenología trascendental, la conciencia trascendental y la teoría de la
constitución que explica la conciencia. Es una actitud refleja. Implica una reflexión
fenomenológica- trascendental.
El principio de eliminación de los supuestos
exige ir más allá de la actitud natural, exige ir a la a zona trascendental, la
subjetividad trascendental (es apodíctica). En esta subjetividad se alcanza
la absoluta exención de prejuicios.
Reducción trascendental: el método para superar
la actitud natural. También se le denomina reducción fenomenológica. Está
antecedida e integrada por la reducción eidética. Reducir es dejar fuera. Lo
que ahora se reduce no es lo fáctico (reducción eidética) sino la actitud natural.
Consiste en ni negar ni afirmar el mundo. Es abstenerse de juzgar. Se trata de
detener la creencia.
“Esta fenomenología no nos coloca frente a una
pura nada”
El mundo se ha convertido en fenómeno. Hablamos
de fenómeno-de-mundo. El mundo es enfocado tal y como aparece.
Fenomenología: es la reduce todo a fenómeno. Está lejos
de la psicología porque está parte de la actitud natural y se ocupa de hechos.
Es la “Ciencia descriptiva
trascendental de las esencias de la conciencia pura”.
El yo puro: es el yo que realiza la reflexión
fenomenológica- trascendental a través de la actitud fenomenológica. No es el
yo psíquico. Está despojado de lo mundano. Se mantiene unido a la subjetividad
de hombre individual.
La conciencia pura o trascendental: descartamos lo que
tiene sentido y nos quedamos con aquello que permite que haya sentido. La
subjetividad es lo que da sentido. Aquí se funda la posibilidad de ser. La
conciencia pura no es el vacío de un cogito, sino que se da siempre hacia un
objeto. La conciencia es una mirada que irradia del yo puro.
Husserl llama (nóesis : el cogito) y (nóema : el
objeto, aunque no es lo mismo que el objeto). La subjetividad
trascendental tiene una dirección noética y nomemática.
Los noémas cambian si varia la perspectiva de la
nóesis. El árbol desde la bilogía, desde la estética, como fuente de leña.
Nóesis: al acto de dotanación del sentido.
Nóema: el sentido.
Lo percibido no es una percepción y lo recordado
no es un recuerdo. La conciencia no es un receptáculo de contenidos. La
conciencia mediante la noción de intencionalidad está ligada al objeto.
Por lo tanto, la actividad de la conciencia es
indubitable. La esfera de las vivencias es una esfera de posición absoluta. Una
tesis absoluta diferencia de la tesis del mundo. Todas las evidencias se
remontan a la conciencia pura. Está en el ámbito de las primeras evidencias.
Fenomenología constitutiva: sobre cómo se
constituyen las vivencias intencionales. La constitución no tiene que ver con
hacer, sino con dejar que el fenómeno se manifieste. La conciencia le da al
ente la oportunidad de mostrarse. Lo constituyente es la intencionalidad. Cada objeto
tiene un especial modo de ofrecerse a la conciencia, es decir, tiene su
constitución. La percepción es la captación de la cosa misma. Cuando hablo del objeto
me refiero a él en su totalidad, aunque la totalidad se nos escapa ya que a la
percepción le corresponde una inadecuación. Lo material está constituido por
una serie infinita de aspectos.
La fenomenología será el despliegue del logos
universal de todo ser imaginable. La fenomenología intenta retomar el sentido
del mundo.
(Resumen del
Capítulo XIII del libro “Principios de Filosofía”. Adolfo Carpio)
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